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El PSOE rechaza una gran reforma pese al Pacto de Toledo

El PSOE rechaza una gran reforma pese al Pacto de Toledo

30.01.09 

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La última noticia a la que ha tenido acceso Asclapas es la siguiente:

"El PSOE rechaza una gran reforma de las pensiones pese al Pacto de Toledo

Los ingresos de la Seguridad Social no dejan de debilitarse. La evolución del paro, que suma ya más de 3,1 millones de personas en las listas del antiguo INEM, está contribuyendo a adelgazar a un ritmo sin precedentes el número de cotizantes. Y mientras, el Gobierno se aferra a su lentitud en las reformas.

La responsable del PSOE en la Comisión del Pacto de Toledo, Isabel López i Chamosa, pretende relanzar la actividad de este foro en el Congreso de los Diputados el próximo febrero para plasmar la postura oficial. Pero los contactos iniciales no pueden ser más desalentadores; el nuevo impulso al Pacto nace con el freno de mano puesto.

La responsable socialista ha dejado claro a los agentes sociales con los que ha contactado que no se abordarán reformas si éstas no llegan con el consenso de los sindicatos. La postura de UGT, contraria a cualquier ajuste que suponga un recorte de las prestaciones por jubilación, y la que podría adoptar CCOO tras la elección de Toxo al frente de la secretaría general de la organización sindical, significaría de este modo la práctica imposibilidad de afrontar un reajuste de una de las principales partidas de gasto del Estado, las pensiones (casi 100.000 millones de euros al año).

Este mensaje, en medio de las advertencias de los expertos de la OCDE sobre la sostenibilidad del sistema de pensiones en España, dibuja un panorama preocupante. Los economistas responsables de la OCDE Pablo Antolín y Juan Yermo en materia de pensiones aseguran que España podría llegar a situar en quiebra su sistema público, si no se acometen las reformas que han centrado ya los esfuerzos de la inmensa mayoría de los Estados miembro (ver EXPANSIÓN de 19 de diciembre).

El PP no comparte el inmovilismo del Ejecutivo pero no apoyará cambios "sin consenso"

Ni siquiera el avance consagrado en el Pacto de Toledo aún vigente para ampliar la base de cálculo de las pensiones cuenta con un apoyo firme por parte del PSOE, según fuentes conocedoras de las negociaciones previas. López i Chamosa ha señalado, que, pese a que el Pacto de Toledo recoge el compromiso de un progresivo alargamiento del número de años que se tienen en cuenta para calcular la pensión efectiva de cada trabajador, ese objetivo no logrará un claro avance en esta Legislatura. Este alargamiento supone que en vez de tener en cuenta, como actualmente ocurre, los últimos 15 años de actividad laboral (que normalmente son los de mayor salario), se computen todos los años trabajados.

El ahorro que lleva intrínseco este cambio es sencillo de explicar, pues al tener también en cuenta los primeros años de trabajo, generalmente de menor sueldo y, por tanto, asociados a una cotización más baja, la paga de retiro final de un trabajador será más baja que si sólo se consideran los ejercicios más fértiles, en términos retributivos.

Tampoco la idea de aumentar los incentivos para incrementar la vida laboral por encima de los 65 años figura en la agenda de prioridades de la responsable del PSOE. Es más, lo que sí se ha incrustado en el plan de acción es, en contra de las indicaciones de los expertos que urgen a un control del gasto, un aumento de las pensiones de viudedad, añaden estas mismas fuentes.

Desde las filas del Partido Popular, la posición política no puede ser más clara. Pese a que reconocen que la relación progresiva entre lo cotizado y la pensión es fundamental, el grupo parlamentario no se moverá del consenso social en un asunto tan delicado, según reconocen las fuentes consultadas, integrantes de la Comisión no Permanente del Pacto de Toledo en el Congreso.

UGT ha mostrado su oposición a alargar a toda la vida laboral el cálculo de la pensión

Su apuesta, por tanto, pasa por buscar reformas graduales pero siempre respaldadas socialmente, porque a su juicio es el Gobierno quien tiene que dar el primer paso y abrir la caja de truenos en la que se ha convertido la reforma de las pensiones, reivindicada, por cierto, por el propio vicepresidente económico Pedro Solbes, además del Banco de España.

Mientras el principal partido de la oposición apunta que “no hay ninguna vocación de inmediatez” en el Pacto de Toledo, desde CIU el escepticismo que saborean los responsables de Seguridad Social es incluso más agrio. Señalan que la Comisión todavía no se ha puesto de acuerdo en cómo articular el nuevo foro, si repetir el formato de 2003, donde el periodo de consulta a diversas asociaciones de mayores y expertos consumió prácticamente doce meses, u optar por otro marco más ágil para obtener antes resultados palpables. Con todo, los mismos medios señalan que un calendario “optimista” supondría que los grupos pudieran ponerse a trabajar con sus propuestas en 2010.

Desde la dirección de IU-ICV adelantan que, igual que ERC, no apoyarán propuestas encaminadas a alargar a toda la vida laboral el cálculo de la pensión, pues no benefician a “todos los trabajadores”.

 Los informes de Solbes prevén ya la recesión más larga de la historia

En menos de 15 días, el reconocimiento público de la crisis que hizo Pedro Solbes al rebajar sus previsiones de crecimiento y admitir al fin la recesión se ha quedado corto.

Lejos de las tímidas caídas que proclaman las cifras que publicita el Ministerio de Economía, los informes internos que maneja el vicepresidente dibujan un escenario negro: España sufrirá la crisis más larga de su historia, ya que encadenará más de cuatro trimestres con tasas de crecimiento del PIB negativo.

Es lo que muestran ya las tasas intertrimestrales del Indicador Sintético de Actividad (ISA), al que ha tenido acceso EXPANSIÓN y que el departamento técnico de Zapatero acaba de revisar a la baja. Ya no será sólo un semestre de recesión: el crecimiento negativo se extenderá como mínimo durante 12 meses, hasta el segundo trimestre de 2009 –último periodo para el que se proyectan las previsiones–, cuando la caída del PIB será del 1,2%.

Dada la profundidad de este desplome, los expertos dudan de que el tercer trimestre de 2009 se volviera a registros positivos, lo que supone que la recesión no sólo sería inédita por la continuidad de caídas consecutivas del PIB; además, se extendería durante más de un año.

Este índice sintético –que avanza la evolución de la economía en un horizonte de seis meses– se ha convertido en uno de los mayores delatores de la verdadera situación de crisis que atraviesa España, al no tratarse de ningún indicador ajeno al Ministerio de Economía. Por el contrario: es calculado internamente dentro del propio en el Gobierno como brújula de la situación real del país.

Y es, por tanto, el propio Ejecutivo quien, de puertas hacia dentro y con los micrófonos cerrados, sabe que la economía vivirá una crisis histórica, más larga que las cuatro recesiones que ha afrontado España desde la etapa de Franco (1975, 1978-79, 1981 y 1993) y que fueron “relativamente breves, entre 9 y 12 meses”, según el último informe mensual del Servicio de Estudios de La Caixa.

Los datos que facilita el INE muestran, en concreto, que en la recesión más reciente, en la de la década de los noventa, se registraron cuatro trimestres de retroceso del PIB, pero no fueron consecutivos. Tampoco sucedió así en la de 1981 –ver gráfico adjunto–. Sobre las crisis anteriores, La Caixa refleja que las “dos recesiones de los años setenta fueron relativamente suaves”.

La duración no es el único criterio que muestra que ésta es la etapa más virulenta. Por el momento, la crisis se ha llevado por delante más de un millón de empleos –el mercado laboral supera ya los tres millones de parados, cifra que, según Bruselas, llegará a 4,5 millones–, a mucha distancia de los 170.000 desempleados que se llevó por delante la recesión de 1979, los 284.000 de 1981 o los 625.000 de los años noventa.

Retahíla de desplomes

Si el indicador general elaborado por el Ministerio (que refleja la actividad en su conjunto), incita a un elevado grado de preocupación, la retahíla de datos que detallan la situación del país llevan directamente al pesimismo: la práctica totalidad de la veintena de indicadores se encuentran en cifras negativas. Pero, además, en números desorbitados.

El indicador de confianza de la industria refleja ya un desplome del 37,6%, cuando en 2007 cerró con un -0,2% y la suma de 2008 con un -17,9%. El consumo aparente de cemento se hunde un 36,2%, frente a un estancamiento del 0,2% en 2007 y una caída del 23,8% en el conjunto de 2008. La matriculación de turismos pierde un 47,3% –en 2007 mostraba una evolución de un –1,6% y de un -27,5% en el cómputo global de 2008–. La venta de vehículos de carga alcanza en su último dato un desplome de un 65,9%; en 2007 mostró un parón (o,3% de avance) y una caída del 43,6% en 2008.

La lista podría seguir. Pero la consecuencia no variaría: todos estos indicadores, que anticipan el futuro de la economía, recogen un desplome descontrolado, tanto por el volumen de pérdida de riqueza, como por su velocidad.

Todos los analistas coinciden en la importancia que puede tener el nivel de confianza de los agentes económicos a la hora de frenar el avance de esta crisis. Y el indicador de confianza, también recopilado por el Ministerio de Economía, refleja un nivel de 57 puntos.

Por debajo de 100 puntos muestra pesimismo. Sin embargo, lo cierto es que su caída aún es proporcionalmente pequeña frente al desplome del resto de datos enumerados, algo que parece presagiar que el impacto en el sentimiento de las empresas y los consumidores todavía podría agravarse."


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